Recuerdo cuando en la piscina de Alaquàs había trampolín. Ahora parece poco menos que temeroso, el haber tenido gente tirándose desde unos cuantos metros de altura pasando, no pocas veces, gente por debajo. Pero bueno, eran época de “temeridades” ya que muchas de las cosas que se consentían en una piscina ahora serían impensables, y aunque quede feo decirlo también te lo pasabas mejor. La parte honda tenía bastante más profundidad y tocar el fondo era una pequeña proeza para los “primeros buceadores”. No existía tanto césped y era el hormigón lo que reinaba alrededor de la piscina. De esto nos acordamos una mayoría porque no hace tantos años.
No había piscina cubierta por lo que los cursos de natación se concentraban en los meses estivales. Una legión de padres y madres acudían a la hora de merendar bajo el sol a que los más pequeños aprendiéramos a nadar. Y después el bocata y para casa.
Mañana vuelve a abrir la piscina de verano. Esperemos que este año, con la crisis, piensen en los bolsillos de aquellos que no pueden irse de vacaciones con la familia y al menos no suban el precio de las entradas. Ah, por cierto... seguimos teniendo piscina... no parque acuático.
No había piscina cubierta por lo que los cursos de natación se concentraban en los meses estivales. Una legión de padres y madres acudían a la hora de merendar bajo el sol a que los más pequeños aprendiéramos a nadar. Y después el bocata y para casa.
Mañana vuelve a abrir la piscina de verano. Esperemos que este año, con la crisis, piensen en los bolsillos de aquellos que no pueden irse de vacaciones con la familia y al menos no suban el precio de las entradas. Ah, por cierto... seguimos teniendo piscina... no parque acuático.
